La feria artesanal se desarrolló con más puestos que el año pasado pero con menores ventas
Hubo 350 stands con artesanos y manualistas provenientes de todo el país. Si bien todos los puesteros destacaron la cantidad de gente que circuló por el predio, coincidieron en que las ventas bajaron respecto a otras épocas. Destacaron que el día en el que se realizaron mayores operaciones fue el viernes y aquellos productos más costosos se adquirieron mayormente con tarjeta de crédito.
La feria de artesanos y manualistas que estuvo emplazada en la diagonal Illia durante los cuatro días de Semana Santa tuvo un importante flujo de gente pero los puesteros coincidieron en afirmar que las ventas fueron menores que otros años.
Tandilenses y turistas disfrutaron del paseo a la vez que algunos de ellos aprovecharon para comprar algo de la diversa gama de artesanías y manualidades que se ofrecieron, desde bijouterie hasta objetos hechos en madera o en cuero, cuchillos, juguetes para niños, prendas tejidas a mano, sahumerios artesanales, recuerdos de Tandil, plantas, macetas, objetos realizados en cerámica, tejidos, camas para mascotas, ropa para adultos y niños, calzado, entre otros.
Además, pudieron disfrutar del patio gastronómico o adquiriendo algún producto de la feria de sabores, tales como mermeladas, quesos o salames, mientras que los más pequeños pudieron se divirtieron con los juegos dispuestos también en el predio. Asimismo, hubo espectáculos durante todo el día y diversos artistas callejeros tales como estatuas vivientes.
Una gran convocatoria
La directora de Cultura Irina Taraborelli aseguró que fue una Semana Santa “muy concurrida, con todos los paseo con mucha gente” y destacó que en la feria artesanal hubo “una gran convocatoria desde el jueves así que estamos muy contentos por lo que ha sido todo el movimiento”.
En esta oportunidad, fueron 350 puestos que participaron con artesanos y manualistas que se acercaron desde distintos puntos del país.
“La mayoría de los puesteros son los mismos porque en primer lugar con la lista se convoca a los que ya estuvieron el año anterior y después aquellos puestos que quedan vacíos se van llenando con la gente que está en lista de espera. Tenemos muchas cosas iguales que el año pasado pero hay algunos nuevos que son justamente con los que vamos renovando la feria”, indicó.
Y aclaró que este año hubo una cantidad mayor de puestos que el año pasado. “Por cada puesto vienen mínimo dos personas así que al menos 700 personas vinieron a trabajar a la feria. Realmente es una de las ferias más concurridas y estamos trabajando a la par de ellos desde la mañana temprano hasta la noche aproximadamente a la medianoche que nos vamos porque la cantidad de gente empieza a mermar y el frío empieza sentirse. Tenemos la certeza de que Tandil ha sido una de las ciudades más visitadas en esta Semana Santa”.
“Cuando los puesteros se acercan aquí a la carpa hablamos con ellos, conversamos, les hacemos preguntas y nos dicen algunos que les fue bárbaro, otros que igual que el año pasado, otros que tuvieron menos ventas. Depende también de la oferta que tenga cada artesano o manualista sobre el paño y también los precios que cada uno maneja, pero en general todos dicen que ha sido una buena feria”, resumió.
Merma en las ventas
Leonardo Puggioni, uno de los puesteros de Tandil, explicó que hace tres años empezaron a participar de la feria artesanal a través de la feria verde y el año pasado ingresaron por cuenta propia. Consideró que el movimiento de gente fue mayor al año pasado y en cuanto a las operaciones concretadas sostuvo que “si bien en plata por ahí es igual, han bajado un poco las ventas pero con nuestro producto nos fue bien igual. Es un emprendimiento nuestro, hacemos las estampas, la costura”.
“Ya hace un tiempo que es habitual que la gente compare precios antes de comprar, igual en nuestro caso al fabricar nosotros tratamos de tener un precio accesible. La idea es que todos puedan comprar y llevar para regalar también, eso favorece las ventas. Tratamos de poner el mejor precio para que puedan llevar más cantidad, trabajamos más tiempo cociendo y estampando para poder producir más y llegar a un mejor precio también comprando la tela en cantidad”, señaló.
Por su lado, Pablo Ferry, de Mar del Plata, contó que es el sexto año que participan de la feria con su producción de juguetes.
Respecto a la feria, expuso que “está concurrida como siempre, el movimiento es bueno, nunca nos decepciona Tandil”, aunque aclaró que “se nota una merma en las ventas, como que la gente mide un poco más la plata que gasta”.
Indicó que notaron que compran menos artículos, más que buscan productos más baratos. “En mi caso si bien tengo cosas más baratas he vendido productos que traje nuevos que tenían mayor valor pero sí en la cantidad en general se vendió menos”, señaló.
“La gente se fija en los precios, recorren y después vuelven. El viernes se vendió más y siempre es el mejor día”, sostuvo.
En tanto, Mariana Frúmboli, oriunda de Tandil que participa de la feria hace cuatro años con sus productos en cuero, sostuvo que “las ventas fueron mucho menores que el año pasado, aunque el año pasado hubo un día más de ventas, noté que la gente estaba mejor que ahora y este año por ser que estaba tan difícil yo en mi caso particular vendí bastante bien igual”.
“Pero sí la venta es menor cantidad que otros años, la gente pregunta mucho precio, le encanta el producto pero a veces no puede comprarlo. Yo ofrezco cuotas con tarjeta y eso ayuda un montón que puedan adquirir el producto en varias cuotas en distintos meses, que lo puedan ir pagando cómodamente”, aseguró.
Y agregó que “en mi caso que es un producto muy caro entonces necesitan tener un plan de cuotas para poder llevárselo, hay muchos que compran en efectivo porque el precio es menor y la mayoría es con tarjeta porque se nota la situación que cuesta pero hay gente que le gusta mucho el producto que ya lo conoce y lo buscan, y también está el que lo conoce ahora en la feria y busca pagarlo de alguna otra manera”.
“Mayores ventas las tuve el viernes y fue la mayor cantidad de gente. El sábado no hubo tanta gente como otros años”, indicó.
Por último, Rubén Varales es de Tandil y participa hace 23 años de la feria con sus productos en madera. “A nivel general la gente está mucho más tranquila, compra menos, no es lo que fue años anteriores. La clase media está más tranquila y la gente con mayor poder adquisitivo es la que más gasta. Lo que siempre digo es que el que viene a la feria de artesanos, como no es algo de primera necesidad, lo compra si le gusta y lo puede pagar, pero la gente de clase media lo toma más como un paseo, viene a ver algo nuevo pero no compra”, afirmó.
En tanto, explicó que “la afluencia de gente fue muy importante a comparación de otros años. Hubo puestos que trabajaron bien, otros no tanto, pero se nota que la gente tiene menos plata.En el estand yo ya le coloco el precio así la gente pasa y lo ve, si le interesa vuelve y te lo pide, porque por miedo a preguntar a veces se pierde una venta”.
“Siempre tiene que haber algo acorde a la situación económica, es decir algo barato y otras cosas de más valor que hay gente que sí las puede comprar. Yo lo que note es que el tandilense consumió mas que el turista. Los turistas vienen a buscar algo muy puntual que no encuentran en la feria de su localidad”, finalizó.